miércoles, 5 de septiembre de 2012

Debería ser feliz y no lo soy.

“Tengo todo lo que quisiera tener cualquier persona y sin embargo no soy feliz”, me dijo en la primera sesión. “¿Qué quiere decir tenerlo todo?” Le pregunté. La respuesta quizá la podéis imaginar: un trabajo bien pagado, una pareja a la que amo, un hijos maravillosos, un círculo de amistades con quien pasar algunos ratos, un buen piso cerca del trabajo, una segunda residencia, cada año dos o tres viajes a destinos más o menos atractivos, resumiendo una vida envidiable para muchas personas.

Y teniendo todo esto, ¿por qué no es feliz esta persona? Empecemos por desgranar la primera pregunta. ¿Cualquier persona quisiera tener todo esto? Quizá cualquiera no, es cierto que muchas personas quisieran tener, y se pasan la vida luchando para conseguirlo – no siempre con éxito -, la gran pregunta es: ¿Es realmente eso lo que quiere esta persona?

Una vez más estamos ante una de las cuestiones más importantes, a mi entender, de la vida de una persona. ¿Hacemos lo que realmente queremos? O seguimos la corriente de la inercia, la costumbre y la tradición, haciendo las cosas “porque toca”, “porque debe ser así” sin pararnos a pensar si es lo que realmente queremos?

Hay momentos en nuestras vidas que nos encontramos en una encrucijada y nos preguntamos qué camino debemos seguir, nos bloqueamos y no sabemos hacia dónde ir. En momentos como estos nos iría bien tener algo que nos ayude a decidir. A veces, incluso, quisiéramos que alguien tomara la decisión por nosotros. Pues bien, hay tres preguntas que nos podemos hacer para avanzar en el camino de la decisión.

¿Qué es lo realmente importante para ti? No se trata de hacer una lista muy larga. Se trata de pensar en aquellas tres cosas que no querrías perder por nada del mundo, aquellas cosas que dan sentido a tu vida.
¿Qué te da miedo? Te ayudará identificar aquello realmente aterrador que te frena, porque el miedo te debilita ya menudo magnifica las consecuencias. Piensa qué es lo peor que te puede pasar a ti o a las personas importantes para ti – lo peor, peor -.

¿Qué te molesta? Todos tenemos compromisos que nos impiden pensar en lo realmente importante, que nos estorban. A menudo tenemos compromisos pendientes dando vueltas por nuestra cabeza y no sabemos cómo liberarnos. Quizás no todos hay que cumplirlos, revísalos.
En la mayoría de ocasiones te encontrarás ante seis posibles alternativas:
  1. Hacer algo que siempre has querido intentar.
  2. Lo que aparece en tus sueños más increíbles.
  3. Lo más sensato, lo que te recomendaría la gente que más valoras.
  4. Una opción nueva que nunca habías considerado.
  5. Volver atrás hasta un punto que te dé seguridad.
  6. Continuar tal y como estás.
Al final la decisión es tuya.