miércoles, 1 de agosto de 2012

Frases, lecciones o ideas para tener en cuenta

aburrimiento
    • Para vivir la vida al máximo:
      “Me siento como aquel chico que ganó un paquete de golosinas: las primeras las comió con agrado, pero, cuando percibió que quedaban pocas, comenzó a saborearlas profundamente.”
      - Vía Ya no tengo tiempo
    • Sobre el aburrimiento:
      “No hay jerarquías para el aburrimiento que puede atacar a un empleado raso como a un alto gerente, ya que surge de la incapacidad para encontrar sentido al trabajo o de la escasez de variedad en las tareas cotidianas. Surge de la repetición de actividades idénticas y rutinarias.”
      - Vía El aburrimiento mata la productividad
    • Sobre tener foco:
      “Si hay algo que el Coyote tiene claro es su objetivo. Aunque se trata de un objetivo complicado y en movimiento, no hay ninguna duda de sus prioridades: vive para cazar al Corre-caminos, sin dejar que le distraigan otras tareas que, aunque posiblemente interesantes, no son parte de su meta.”
      - Vía 6 lecciones de innovación que nos puede enseñar el Coyote
    • Sobre la presión social y el ser humano:
      “Los seres humanos somos seres sociales. La colaboración y la cooperación están programadas en nuestro interior. Somos células del cuerpo de la humanidad, y como tales tendemos a operar de manera conjunta y ordenada.
      [...]
      El cerebro había evolucionado de manera que ser rechazado equivalía a dolor, lo que aseguraba que los seres humanos tendían a pertenecer al grupo y a evitar el rechazo.”
      - Vía Adaptación evolutiva a las convenciones sociales
    • Y una para recordar:
“Si no te mueves hacia adelante, te estás moviendo hacia atrás o estás quieto, eso es lo que aprendes en física mecánica…
En este mundo, si no te estás moviendo hacia adelante, te estás moviendo hacia atrás…
Si no aprendes nuevas cosas, quedarás atrás de toda la gente dispuesta a aprender!”

Sembrando cultura y dinero virtual


El presente artículo va referido a los 200 millones que la Junta de Andalucía dice que “invertirá” en un Plan de Empleo que tendrá, como principales objetivos, la reforestación y regeneración ambiental, la mejora de instalaciones educativas y la rehabilitación de la vivienda. El “plan de choque” irá destinado a parados de larga duración, sin prestaciones ni subsidio y, preferentemente, con cargas familiares.

Hasta aquí, bien, teniendo en cuenta la situación crítica en la que se encuentran muchas familias y las dificultades por conseguir un empleo que, al menos, les garantice la subsistencia.

Mi crítica y desazón, desde hace más de 20 años, proviene de la constatación de que en este país siempre vamos a golpe de “planes de choque”, “planes E”, etc., etc., como bomberos sin control apagando fuegos que sólo se apagarán por la inexistencia de materia combustible.

Paralelamente, he visto repetidamente cómo jóvenes y no tan jóvenes, con buenas ideas, con preocupación por formarse cada vez más, con Máster, con proyectos emprendedores de calidad y habiéndose esforzado durante muchos años de su vida, sólo se les ofrece la oportunidad de irse al extranjero o de prepararse unas oposiciones que jamás van a ser convocadas.

Mi apuesta es por el cambio de “chip”, dando una vuelta radical al planteamiento: ¿no sería mejor apoyar a estas personas que malgastar un dinero en apagar fuegos que sólo servirá como “pan para hoy y hambre para mañana”?

Está demostrado: ayudando a la creación de tejido empresarial ayudamos a la creación de empleo. Con un mayor tejido empresarial, ayudamos a la creación de sinergias para que se nos vaya de una vez de la cabeza esa imagen nefasta del empresario-especulador. Hay que apoyar las nuevas empresas, las comprometidas socialmente, comprometidas con el medio natural, con la conciliación ocio-trabajo, en definitiva, con la eficiencia de obtener los máximos beneficios (económicos y sociales) con los recursos estrictamente necesarios.

Yo no sé si estos políticos que están en el gobierno, o no saben, o no entienden, o no escuchan, o simplemente están preocupados de mantener su sueldo a toda costa. Pero, si la labor de un político es gestionar correctamente los impuestos de los ciudadanos, deberían prestar más atención a las personas, que saben y conocen, y actuar en consecuencia.
Cuando una empresa sale adelante, cuando se contratan técnicos de alto nivel profesional, cuando se trabaja con objetivos concretos de eficacia y eficiencia, todo eso arrastra la creación de puestos de trabajo de todos los niveles. “Regalar” un dinero para enterrarlo sin opción a recuperarlo, genera, a corto plazo, más pobreza.

Me acuerdo de una sesión sobre oportunidades laborales a la que asistí como invitado en un barrio marginal de Huelva. Con una inteligencia natural perfectamente digna y loable, me decía una señora de entre el público asistente: “si por ser pobres nos dan ayuda, pues ¡sigamos siendo pobres!”. Gran alegato de la pobreza de espíritu, pero tan real como la vida misma.

Finalmente, me gustaría resaltar la bola de nieve en que se ha convertido la Administración pública en nuestro país. Cuando se genera empresa, se genera empleo neto pero, para ello, hay que facilitar la creación de nuevas empresas. No podemos tomar eso como excusa para generar más puestos de trabajo improductivos.

Un ejemplo: si, por simple curiosidad, al azar, alguien quiere observar la estructura orgánica de la Consejería de Economía y Empresa de la Generalitat de Catalunya (antiguamente una región altamente emprendedora, con no más de 20.000 funcionarios a sueldo, ahora tiene más de 300.000), verá que, por ejemplo, existe la Dirección General de Comercio, la Dirección General de Industria y la Dirección General de Turismo...y digo yo, almas cándidas, ¿no daría lo mismo que sólo hubiera un Director General de Industria, Comercio y Turismo?

Con eso hemos conseguido que un ciudadano que quiera abrir un restaurante (por ejemplo) necesite tratar con tres Direcciones Generales diferentes, 9 Áreas o Departamentos distintos y ya no sé cuantas Secciones o Negociados, cuando podría, perfectamente, dirigirse a la tan cacareada “Ventanilla única”, solamente existente como leyenda urbana.

Es decir, el restaurante lo monto en Andorra, Francia o Gibraltar.

martes, 31 de julio de 2012

El sentido de pertenencia.

Mas allá de su significado, si hay algo realmente importante es su fuerza. Se le ha llamado de muchas y variadas formas, dependiendo del sentido que se le quiera dar, desde conciencia de equipo hasta patriotismo.  

Pero es importante desmitificar su significado mas psicochapucero, para encontrar aquel significado que llena los pulmones de cada miembro del grupo del sentido de protección, de que sabes que tu trabajo es importante en todo el engranaje, que ejecutar correctamente tus cometidos es en beneficio de todos, que no estás solo, que las complicidades de tus pares lo serán para conseguir el objetivo,…

Puede ser que el lector de este artículo lo encuentre ramplón y poca cosa, pero realmente el sentido de pertenencia es esto. Es reconocerte como parte de un equipo, de una marca o de un barrio. No importa de qué estemos hablando, se trata de que sabes que formas parte de un conjunto: que no estás solo.

No hay éxito mas considerable, que liderar un equipo y que les embargue este sentimiento. Pero no se consigue fácilmente. No es un “¡venga vamos!” y punto.

Es importante recordar que el espíritu de equipo, se construye con la actitud mental adecuada, con perseverancia, no prometiendo lo que no se vaya a cumplir, teniendo palabra, comprometiéndose en hacer todo lo posible, arriesgando sin mentir y sobre todo implicando a todos en las decisiones sin engaños.

Es un sentimiento construido con esfuerzo, que ha de crecer sólido, pero es tan frágil que se puede desmoronar en un minuto.

La conciencia colectiva, es de vital importancia para conseguir los objetivos en un equipo. Si el esfuerzo del conjunto permite conseguir los resultados previstos o acercarse al máximo de lo previsto, el equipo estará motivado y el esfuerzo habrá valido la pena.
Por lo tanto, destacar el esfuerzo, premiar los resultados, agradecer el trabajo en equipo, ha de formar parte del lenguaje habitual de quien lidera el grupo.

lunes, 30 de julio de 2012

Morir en vida.

A menudo me pregunto por qué hay personas que han decidido morir en vida. ¿Y qué quiero decir con esto de morir en vida?

Hay personas que cada día que pasa maldicen su trabajo, su entorno y un montón de cosas que consideran que están obligadas a hacer. Día tras día se consumen esperando que pase no se sabe muy bien qué, que les cambie la vida y puedan empezar a disfrutarla.

Unos aguantan porque piensan que llegará un día en que todo será diferente, otros esperan que los hijos se hagan mayores, otros que acabe la crisis. Resumiendo, esperan que algo ajeno a ellos les solucione sus problemas. Utilizan expresiones como “es lo que hay” o “qué le vamos a hacer, es lo que toca vivir”. Y no hablo de situaciones transitorias, aunque puedan ser largas, como cuidar de unos padres mayores que necesitan de la ayuda y el apoyo de sus hijos. Me refiero a personas que tienen, por ejemplo, un trabajo que odian pero en ningún momento se plantean hacer un cambio. Sé que no estamos viviendo el mejor contexto económico, pero es muy duro pensar que seguirás haciendo algo que odias durante los próximos cinco, diez quizás veinte años.

Pasa exactamente lo mismo con algunas parejas. Tienen una relación insufrible, de continuo desgaste, o peor aún, totalmente desgastada, pero aguantan. Han perdido la ilusión de estar juntos, sólo quedan las discusiones absurdas y los reproches. Aún así siguen juntos no saben muy bien para qué – con  qué objetivo o finalidad –. Y no digo “por qué” porque nos lleva a la excusa. A veces la excusa son los hijos, pero es eso, una excusa. Los hijos pueden crecer muy felices aunque los padres no estén juntos – lo digo por experiencia propia – pero los padres tienen miedo. Otras veces la excusa, interior, es la comodidad económica – aunque no se manifiesta externamente –.

Sea cual sea la situación, cada uno tendrá una excusa a la que aferrarse para no afrontar el problema y tomar el control y la responsabilidad. Tomar el control significa que se deberán tomar decisiones, y esto no siempre es fácil.

¿Qué hace que una persona se dé por vencida y deje de luchar?

Si no tú ¿quién? Si no aquí ¿donde? Si no ahora ¿cuándo?.