lunes, 30 de julio de 2012

Morir en vida.

A menudo me pregunto por qué hay personas que han decidido morir en vida. ¿Y qué quiero decir con esto de morir en vida?

Hay personas que cada día que pasa maldicen su trabajo, su entorno y un montón de cosas que consideran que están obligadas a hacer. Día tras día se consumen esperando que pase no se sabe muy bien qué, que les cambie la vida y puedan empezar a disfrutarla.

Unos aguantan porque piensan que llegará un día en que todo será diferente, otros esperan que los hijos se hagan mayores, otros que acabe la crisis. Resumiendo, esperan que algo ajeno a ellos les solucione sus problemas. Utilizan expresiones como “es lo que hay” o “qué le vamos a hacer, es lo que toca vivir”. Y no hablo de situaciones transitorias, aunque puedan ser largas, como cuidar de unos padres mayores que necesitan de la ayuda y el apoyo de sus hijos. Me refiero a personas que tienen, por ejemplo, un trabajo que odian pero en ningún momento se plantean hacer un cambio. Sé que no estamos viviendo el mejor contexto económico, pero es muy duro pensar que seguirás haciendo algo que odias durante los próximos cinco, diez quizás veinte años.

Pasa exactamente lo mismo con algunas parejas. Tienen una relación insufrible, de continuo desgaste, o peor aún, totalmente desgastada, pero aguantan. Han perdido la ilusión de estar juntos, sólo quedan las discusiones absurdas y los reproches. Aún así siguen juntos no saben muy bien para qué – con  qué objetivo o finalidad –. Y no digo “por qué” porque nos lleva a la excusa. A veces la excusa son los hijos, pero es eso, una excusa. Los hijos pueden crecer muy felices aunque los padres no estén juntos – lo digo por experiencia propia – pero los padres tienen miedo. Otras veces la excusa, interior, es la comodidad económica – aunque no se manifiesta externamente –.

Sea cual sea la situación, cada uno tendrá una excusa a la que aferrarse para no afrontar el problema y tomar el control y la responsabilidad. Tomar el control significa que se deberán tomar decisiones, y esto no siempre es fácil.

¿Qué hace que una persona se dé por vencida y deje de luchar?

Si no tú ¿quién? Si no aquí ¿donde? Si no ahora ¿cuándo?.

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